Los tres mosqueteros es una novela folletinesca, sin duda. Un caudal de peripecias con todos los pecados propios de las obras de su clase, pero también un folletín ilustre muy superior a los niveles comunes al género. Permanece fresco y vivo, y dispara ecos, resortes íntimos en la imaginación y los sentimientos de quien se enfrenta a sus páginas, sumiéndolo en una aventura apasionante y haciéndolo correr, galopar sin aleiento en la ruta e Calais a Belle-Isle, batiéndose en las posadas o en los caminos, esquivando el veneno y el puñal en los corredores del Louvre, amando, matando y muriendo en una aventura que en realidad no es sino la "Aventura", como decía Robert Louis Stevenson refiriéndose a Dumas, que late en cualquier corazón humano: voluntad ardiente melancolía, fuerza un poco vana, amistad, elegancia sutil y galante, valentía, lealtad y ese tono de escéptica sabiduría, de pesimismo ligero o de templado optimismo que impregna el relato, y no es otra cosa que el lúcido conocimiento de la condición humana con lo que ésta tiene, a un tiempo, de pespreciable y entrañable.
Arturo Pérez-Reverte.
Esta edición incluye un diálogo entre Alejandro Dumas y Alatriste y un poster regalo con la ilustración de la cubierta de los mosqueteros y Alatriste.